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Cómo componer (1ª parte)

  • Foto del escritor: David Macías Gómez
    David Macías Gómez
  • 13 jun 2015
  • 3 Min. de lectura

Supongo que mucha gente tendrá la curiosidad de saber cómo se compone una marcha, en qué se inspiran los autores, a qué criterios atienden, o simplemente, qué pasos siguen para que una marcha pase de la cabeza del autor al papel. Se me antoja difícil el reto, pero no menos que el de componer una nueva obra. Como siempre, y para que sirva de aviso, yo solo expongo en esta página mi experiencia personal, lo que para mí es útil, lo que la experiencia me ha enseñado y lo que mi formación personal me ha descubierto. No sé más que nadie.


Lo primero que hago en mi lugar es coger un folio e ir contestándome a preguntas en forma de cuestionario:

  • ¿A quién irá dedicada la obra?

  • ¿Estilo?

  • ¿Tonalidad?

  • ¿Estructura?

Normalmente hago varias dedicatorias. Suelo dedicar la marcha al titular de una Hermandad y alguien muy próxima a esa Hermandad que, por las razones que sean, me recuerda a esa persona. En otras ocasiones “utilizo” la dedicatoria a la Hermandad poniéndola como excusa para dedicársela a esa persona especial con la que quiero tener el recuerdo. Rara vez, aunque alguna que otra hay, que la marcha termina dedicada a un momento o sin dedicatoria alguna, pero como las meigas, “haberlas hailas”.

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El estilo está íntimamente ligado al tipo de obra que quiero hacer. Si la obra va dedicada a una Hermandad de barrio, donde los costaleros hacen diferentes cambios en el paso, la marcha llevará un estilo alegre, posiblemente “aflamencado”, si por el contrario la marcha va dedicada a una Hermandad de centro, el corte será más serio, metiéndonos en un tipo de marcha más romántica o melódica, y si por el contrario, la Hermandad a la que queremos dedicar la obra es una Hermandad de silencio, el estilo de la marcha será claramente fúnebre. Esto no pasa solo con las Hermandades a las que van dedicadas las marchas. Decía anteriormente, que a veces las marchas van dedicadas a momentos, y en otras ocasiones a personas.


Dependiendo pues, de a qué momento o a que persona y porqué queremos dedicarle la marcha esta tendrá un estilo más alegre u otro más triste. Se entenderá que una marcha dedicada al fallecimiento de una persona IN MEMORIAN, no puede llevar el mismo estilo que una marcha dedicada al nacimiento de otra.

Podría llenar este artículo de ejemplos pero pasemos de puntillas por los detalles y vayamos al grano.

La tonalidad la elegiremos en función del estilo. Ho y en día para hacer una marcha flamenca recurrimos a la tonalidad de Do menor (3 bemoles) y a la cadencia andaluza, mucho tresillos y mucho palos de tambor. Yo intento hacer algo distinto. Si escucháis mi marcha “En tu amargura” veréis como cuando llegan los solos a mediados de la marcha entra la cadencia andaluza y a la frase siguiente desaparece. Eso me parece mucho más flamenco que llevarme toda la marcha con el mismo soniquete.


img_como_componer_musica_2718_orig_edited.jpg

Históricamente siempre se ha creído que las tonalidades con sostenidos suenan más brillantes y las tonalidades con bemoles suenan más tristes. En las marchas de cornetas y tambores no tenemos este recurso ya que por la naturaleza del instrumento principal, la corneta, solo podemos movernos en tonalidades con bemoles. La diferencia radica entonces en tonalidades menores o mayores, siendo las primeras más tristes y las segundas más alegres. Como anécdota contaré que antiguamente cuando querían hacer algo relacionado con la iglesia se hacía en las tonalidades de Mi bemol mayor o Do menor (ambas con tres bemoles) haciendo un paralelismo entre la Santísima Trinidad y los tres bemoles de la armadura de la tonalidad. Hoy, sin embargo, a nuestro esta tonalidad suena más flamenca que otra cosa.

Por último quedaría desarrollar la estructura. En este apartado es donde más me detengo. Normalmente nunca acabo una marcha como la escribo en el boceto porque la inspiración y las musas son parte importante de toda creación. No todo va a ser teoría. Con la estructura me refiero a cómo entra, se desarrolla y finaliza la obra; qué partes son pianas y cuáles fortes; donde irán los solos, dúos, fugas, etc. si es que lo llevaran; o si, por ejemplo, las frases serán de 8 compases, de 4 o tendrá una estructura más libre.

Esto, como digo, es simplemente parte de un boceto. Es rellenar un folio en blanco antes de escribir la primera nota en la partitura y que en muchas ocasiones no cumplo porque, como solemos decir los que nos dedicamos a esto, las musas te visitan hay que escucharlas.


 
 
 

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© 2015 por DAVID MACIAS. Fotografías de FRAN ÁLVAREZ

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